Una de las definiciones más aceptadas de Bienestar Animal es la de Donald Broom, según la cual el bienestar de un individuo está relacionado con su capacidad para enfrentarse con éxito a las dificultades del ambiente. El bienestar, por tanto, sólo es satisfactorio si el animal consigue adaptarse sin consecuencias negativas sobre su salud y su estado emocional.
La ciencia del bienestar animal ha experimentado una importante evolución a lo largo de los últimos años. A mediados del siglo pasado empezó a considerarse en animales de producción y de laboratorio, y continuó con animales de compañía y animales de zoológico. Recientemente, las últimas publicaciones se han extendido a los programas de conservación y a la fauna en libertad.
En la última década, el bienestar animal ha adquirido una relevancia global, acuñándose el término One Welfare (“un solo bienestar”) para referirse a la conexión que existe entre el bienestar de los animales, el de las personas, la biodiversidad y el medioambiente. Este concepto se construye y amplía a partir del enfoque del One Health (“una salud”) -defendido por entidades de reconocido prestigio como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)- y según el cual la salud humana y la sanidad animal son interdependientes y están vinculadas a los ecosistemas en los cuales coexisten.

Existen pocos estudios relativos al bienestar en anfibios a pesar de haberse demostrado su capacidad para sentir dolor, desarrollar conductas complejas e incluso aprender.
Una de las herramientas utilizadas para mejorar su bienestar es el enriquecimiento ambiental, que se entiende como todas aquellas técnicas o recursos que proporcionan estímulos a los animales en cautividad y que permiten que estos realicen ejercicio físico, desarrollen habilidades cognitivas o conductas propias de la especie, lo cual favorece el bienestar físico y psicológico del individuo. En los últimos años, se ha reconocido su importancia para el bienestar de mamíferos y aves, y cada vez más se tiene en consideración en estudios con anfibios y reptiles, incorporando técnicas de enriquecimiento ambiental para mejorar la vida de los animales cautivos, pero también como parte de programas de conservación para lograr reintroducciones exitosas en el medio natural.